La Lengua de Signos surge de forma espontánea en contacto con los demás, desde la experiencia visual que tienen de su entorno.
La Lengua de Signos ha sido objeto de numerosas investigaciones que constatan su carácter no universal (cada país o cada región tiene su propia Lengua de Signos). Su estructuración tiene los mismos niveles lingüísticos que las lenguas orales (aunque con unas características propias que la diferencian) y está demostrada su eficacia como instrumento para el desarrollo lingüístico, social, cognitivo y afectivo-emocional de la persona Sorda.
Las características más importantes de las Lenguas de Signos son:
- Utilizan el canal visual y gestual, frente a las lenguas orales que utilizan el canal auditivo y oral.
- Las manos, los brazos, el tronco y el rostro son los órganos de articulación.
- La palabra o unidad mínima con sentido es el signo.
- La articulación de estos signos está constituida por siete parámetros formacionales:
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- La configuración y forma que adoptan las manos,
- El movimiento que realizan,
- La orientación que adoptan,
- El punto de contacto con el cuerpo,
- El lugar de articulación del signo lingüístico,
- El plano en el que se coloca el signo y
- Los componentes no manuales (la expresión facial).
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